Se cuenta que en Inglaterra, en la época medieval, existió un Conde que poseía una gran comarca, un lujoso castillo y una numerosa familia. Dentro de sus posesiones más apreciadas, tenía un barril de vino, que según decían, era el mejor vino que jamás se había elaborado. Llegó el día en que fueron a solicitar la mano de su única hija, y pensó que sería una magnífica ocasión para ofrecer el vino como agasajo a sus futuros consuegros, pero recapacitó en su interior, y decidió mejor degustarlo el día de la boda.Llegó la esperada fecha y la fiesta fue realmente grandiosa. Ordenaría pues, como sorpresa para los invitados, que sirvieran su mejor vino, sin embargo pensó: todos están ebrios y no sabrán apreciarlo, decidió entonces esperar una mejor ocasión para disfrutarlo.Un día llegó de visita el cardenal, y él, como hombre profundamente creyente, le ofreció alojamiento, alimentos exquisitos, y así, durante una semana, lo tuvo como huésped distinguido. Para la cena de despedida, se le ocurrió que sería una auténtica cortesía ofrecerle su mejor vino. Pero evaluó que sería más beneficioso dárselo a otro personaje más importante, además estaba convencido que los sacerdotes todos los días beben vino y seguramente no iba a valorarlo en toda su dimensión.No mucho tiempo después, sucedió algo inusitado: el rey y su corte se detuvieron a descansar momentáneamente en su castillo. Como miembro de la realeza, se sintió profundamente honrado, por lo que mandó a preparar una suculenta comida, como jamás se hubiera servido. Al finalizar el banquete pensó ofrecer su vino al rey, pero en esta ocasión juzgó que para él no sería ninguna sorpresa, pues estaba acostumbrado a tomar los mejores vinos del reino, y decidió una vez más guardarlo en espera de una mejor ocasión.Ya anciano, un buen día, el Conde amaneció muerto. Se celebró su funeral al cual se invitaron a todos los habitantes del condado. Para agradecer a los dolientes, se le ocurrió a su hijo ofrecerles algo de vino, bajó a la bodega, y al observar el viejo barril, pensó que seguramente su padre nunca lo había servido por ser demasiado corriente, y siendo tantas las personas del pueblo que estaban presentes, sin dudarlo ordenó que se sirviera generosamente hasta la última gota. Y ese fue el triste final del mejor vino que guardaba como tesoro el Conde.
Mi consentido lector a veces nos aferramos tanto a lo material que no vivimos, no compartimos, no damos y no disfrutamos. Y si damos es esperando algo a cambio. La vida nos ensena todos los días que nada nos pertenece que todo es prestado la idea de tenerlo es para disfrutarlo en el momento y hay que dejarlo fluir ya que otra persona esta esperando por ello. Y sabes que pasa cuando no das, paralizas tu energía y no tienes espacio para recibir cosas buenas y maravillosas y por ende no te llega la prosperidad a tu vida.. Particularmente creo que lo único que es de nosotros son los momentos , las vivencias, las memorias nadie ni nada te las quita.Te invito a que Hoy si Hoy hagas una limpieza profunda en tu casa y regales todo lo que este en buen estado e invites alguna persona al cine, almorzar, prepares una merienda, regala parte de tu tiempo a una causa noble, escribe una carta, haz una llamada,. Y para los mas valientes regala a una persona de la cual no esperes nada a cambio, algo a lo que estés muy aferrado , algo que te guste mucho o que sea bien costoso. Y lo ultimo utiliza Hoy mismo eso que guardas para un mejor momento. Animo!!!!! mi Triunfador Tu Puedes Ser Feliz.
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